Hola! Soy Diego Marín, orgulloso dueño de Zhou, el perro que ven en la foto. A una cuadra de donde actualmente vivo, está el Starbucks de La Concepción, al cuál he ido muchas veces a comprar mi producto favorito, Lemon Cake! Todo iba bien hasta que un día mientras paseaba a Zhou, decidí entrar al local a comprar un Lemon Cake para llevarme al trabajo, pero me negaron la entrada. Al punto al que voy es que no entiendo la fachada “pet friendly” que tiene, dejando platos de agua para mascotas afuera de la tienda si no dan la posibilidad a los consumidores de poder entrar a comprar un producto junto con la mascota. Al momento que esto sucedió, obviamente le pregunté a quién me atendió el por qué no podía entrar con mi perro y la respuesta fue un tanto extraña: “Por la manipulación de alimentos”. Ahora me pregunto, ¿Qué tiene que ver eso?. Mi perro no manipulará ningún alimento ni tampoco se acercará a ellos. Tampoco es un perro sucio, ya que camina por los mismos lugares que yo y vive en la misma casa que yo. No quiero ser una persona que reclame por todo, pero creo que si quieren pintar su local de “Pet friendly” háganlo bien como Daniel’s Bakery u otros, que no quieren aparentar algo que no son, si no que directamente están abiertos a invitarte con tu mascota, tanto afuera como adentro del local. Escribo esto más que nada para que alguna vez cambiemos nuestra cultura. Vivimos con mascotas hace años, y creo que falta un cambio de switch en nuestra sociedad, tanto como en locales como en quienes cuidamos de mascotas (eduquémoslas para que este switch cambie más fácil). Gracias 🙂
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