Por Vivian Neumann Collyer, Directora Escuela de Terapia Ocupacional de la UST Viña del Mar.
La habilidad de desempeñar actividades de la vida diaria básicas (bañarse, vestirse, lavarse las manos, comer, entre otras), son algunas de las destrezas más importantes que los niños aprenden a medida que maduran. Éstas no solo tienen relación con habilidades específicas de autocuidado, sino que también se desempeñan según normas sociales y pautas culturales.
La habilidad específica de auto alimentación se desarrolla en paralelo a las habilidades motoras orales. Entre los 0-6 meses el bebé es alimentado con pecho o mamadera, entre los 6 y 12 meses continúa con alimentación materna o mamadera, a los 6-8 meses aprende a sostener esta última, y alrededor de los 8 meses puede beber de una taza con boquilla.
Comienza a comer semi-sólidos entre los 6 y 7 meses, ya los puede coger con las manos a los 7-8 meses, puede comenzar a utilizar una cuchara a los 10-12 meses, y la transición de mamadera a taza (con boquilla) es a los 12 meses.
Entre el año y los dos años, puede usar una cuchara para sacar comida y alimentarse, derramando un poco, y sostiene bien una taza con boquilla y bebe sin dificultad; puede comenzar a beber de taza pequeña sin boquilla a los 2 años, tolera una variedad de texturas de comidas y come comidas de adultos cortadas en trozos pequeños.
Entre los 2 y 3 años se vuelve eficiente en usar cuchara, un tenedor y taza sin boquilla.
Corta carne entre los 5-8 años, y sigue los modales de comer en la mesa.
Es importante para el desarrollo de la autoestima y autoeficacia de los niños que se les permita ir desarrollando la independencia y autonomía en la actividad de alimentación. Esta es una actividad que requiere de práctica, por lo tanto a mayor oportunidad tenga el niño de realizarla, mayor será su experticia y, por ende, su sentimiento de logro.