“Y de repente el toro miró hacia mí, con la inocencia reflejada en los ojos, pero también con la imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad. Esta vez él me tuvo piedad a mí y me sentí la peor basura del mundo” https://t.co/aTgVpYw28P
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