Educación

El verdadero problema en la educación es que no existe una buena comunicación

“Los proyectos que ha impulsado este gobierno en materia educacional, no hacen más que cubrir con un pequeño parche el real conflicto existente: la deficiente comunicación”, Carmen Gloria Castro, creadora de Pixtoome, app móvil que funciona como una red entre profesores, apoderados y alumnos.

Desde el día en que nacemos, los seres humanos tenemos la necesidad de comunicarnos. Es algo que viene impregnado en nosotros. Tanto la comunicación oral, escrita y la no verbal son acciones propias de las personas, por tanto, se realizan en todo ámbito de la vida, especialmente dentro de una organización.

La comunicación en una organización o institución, es fundamental ya que permite desarrollar las actividades necesarias para llevar a cabo la función de ésta. Si trasladamos esto a los centros educativos, la comunicación tiene el mismo objetivo, pero la diferencia está en que su importancia radica en que en este lugar se están formando personas que en un futuro no tan lejano serán el motor de la sociedad.

Una buena comunicación en un colegio ayuda a tener un ambiente laboral armonioso, se evitan los malentendidos y los actores que participan diariamente en él entienden su rol dentro del establecimiento. Pero si ésta existiera realmente en nuestro país, el gobierno no tendría por qué crear normativas que lo que hacen es sancionar y vetar a los estudiantes, sin derecho a réplica.

Un ejemplo de esto es el reciente anunciado proyecto de Ley Aula Segura el cual ha generado mucho revuelo. Y no es menor la polémica, considerando que éste tiene por objetivo “fortalecer las facultades de los directores de establecimientos educacionales, permitiéndoles expulsar de manera inmediata a alumnos que se vean involucrados en hechos graves de violencia”. Además, el derecho a réplica del expulsado se redujo de 15 días hábiles a cinco.

Es en este punto en el que deberíamos cuestionarnos si realmente se están haciendo bien las cosas. Sí, es verdad que no está bien que un alumno agreda físicamente a un docente o mucho menos que porte armas, pero la pregunta de fondo no sería tal vez el por qué lo hace. Las razones pueden ser muchas, pero si no existe una buena comunicación, ¿cómo podemos saberlas? ¿cómo ayudamos a que esa ira acumulada se convierta en algo distinto y favorable para la comunidad estudiantil?.

No se están escuchando los descontentos de los alumnos ni los directores están planteando bien sus decisiones o sus posturas. La comunicación entre profesores y estudiantes se está limitando a los contenidos de la clase, pero no va más allá. Es importante que esto cambie, que exista un real diálogo entre los actores que participan en el universo educacional, descubrir en qué está cada uno, y qué es lo que espera del futuro.

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