Las vacaciones son un buen momento para pasar en familia, pero también un tiempo preciado para potenciar las habilidades cognitivas y la estimulación temprana en los niños. Desde bloques, puzles, artículo texturados hasta incluso huesos de juguete son parte de las recomendaciones de expertos para fortalecer el desarrollo integral en la primera infancia.
Se estima que los niños y niñas que han recibido estimulación temprana y se han enfrentado a programas de educación inicial presentan un 25% más probabilidad de obtener mejor rendimiento académico y mayores habilidades sociales, según un estudio realizado en Kingston, Jamaica. Con este informe, se evidenció el rol que desempeña la estimulación temprana en el desarrollo cognitivo, integral y socioemocional de niños y niñas. Siendo la primera instancia de vinculación con su entorno y de experiencias educativas que afectarán en su futuro. Por ello, el material didáctico se ha convertido en un gran aliado para padres y profesores.
Para el asesor educativo de EDUKIM – empresa especializada en la fabricación de material didáctico y espacios de aprendizaje – Sergio Gómez, es una de las etapas más importantes en la vida de las personas y donde se dan lugar la mayor absorción de conocimientos y estímulos. “En esta fase, los niños comienzan a descubrir el mundo y su entorno. Por ello es vital contar desde el hogar con una visión integral en la que se potencien múltiples aspectos como el cognitivo, su desenvolvimiento social y entregarles herramientas necesarias para que ellos crezcan insertados en la sociedad. Un niño sin estímulos es difícil que logre relacionarse con sus pares”.
En este sentido, el juego es un factor relevante en el aprendizaje, y es así, que el material educativo o didáctico puede ser un aliado clave para estimularlos a temprana edad, el cual los ayuda a crear vínculos, unir y relacionar. “El uso de material educativo otorga múltiples beneficios como potenciar la motricidad fina y gruesa a través de elementos como encajes, bloques, argollas y objetos de gran tamaño que permiten contar con muchas experiencias y herramientas cognitivas para los más pequeños, quienes muchas veces en vacaciones se aburren mucho más dentro del hogar”, comenta Gómez.
Entre las innovaciones, la empresa chilena cuenta con una nueva línea de productos sensoriales, importados de Inglaterra y que se encuentran en proceso de implementación en jardines infantiles y salas cunas de la capital, los cuales buscan ayudarlos con su desarrollo integral y potenciar sus sentidos. “Una de las particularidades de este material es que son de gran tamaño y de múltiples texturas como madera, piedra, plástico, incluso con espejos lo que les permite trabajar el auto conocimiento, fortalecer lo sensorial, comparar dimensiones, pesos e identificar texturas. Esto se traduce en un desarrollo integral de la motricidad, del pensamiento lógico al tener que seleccionar y establecer procesos de construcción de estructuras o patrones, ya que a esa edad a los niños les cuesta comprender conceptos sin visualizarlos y asimilar abstracciones”, enfatiza el experto de EDUKIM.
Entonces, ¿Qué tipos de materiales tener en casa? El experto de EDUKIM enfatiza que los bloques normales y magnéticos, fichas y productos texturados son los más atractivos para los pequeños, además éstos permiten realizar múltiples funciones como armar, tocar e integrar fácilmente a un contexto de aprendizaje. “Entre más integral sea un material educativo más productivo será para los niños. Nuestros materiales buscan ser atractivos, con colores de la naturaleza, algunos son traslucidos para trabajar en mesas de luz, mirar tras ellos y observar su entorno con colores diferentes abriendo paso a un nuevo mundo, lo cual les sirve para trabajar estructuras potenciando el pensamiento lógico y su creatividad, debido a que ellos deberán discriminar que tipo de elemento utilizar para armar una forma o solucionar un problema”.
Por otro lado, el material les permite involucrarlos en el juego simbólico, proceso que los ayuda a fomentar las habilidades interpersonales. “Los niños pueden relacionar y vincular el material según su vínculo familiar, considerando el juego de roles y la representación que ellos tengan del padre, la madre, el hermano, o sus amigos y así catalogándolos con piedras, palitos, colores, entre otros”, agrega.