La presencia de fiebre durante el embarazo puede generar preocupación en las futuras mamás, especialmente por las posibles implicaciones para el desarrollo del feto. Aunque normalmente no representa un motivo de alarma, algunos estudios, como el realizado por la Academia Estadounidense de Pediatría, sugieren una asociación entre la fiebre durante el primer trimestre del embarazo y un mayor riesgo de autismo en los niños.
Es importante que las mujeres embarazadas estén alerta a ciertos síntomas que podrían indicar problemas graves como la preeclampsia o una infección, y en caso de experimentar alguno de ellos, busquen atención médica de inmediato. Estos síntomas incluyen fiebre superior a 38°C, vómitos persistentes, diarrea, dolor de cabeza intenso, dolor al orinar, sangrado vaginal o pérdida de líquido vaginal.
En caso de presentarse fiebre, es crucial que la embarazada no se automedique. El uso de paracetamol debe ser indicado por un médico. Se pueden seguir algunas recomendaciones para reducir la fiebre, como no abrigarse demasiado, mantenerse hidratada, consumir alimentos ricos en vitamina C y descansar adecuadamente.
Es común que durante el embarazo las mujeres sean más susceptibles a gripes e infecciones debido a los cambios hormonales que afectan su sistema inmunológico. Por lo tanto, la prevención es fundamental. Ante la presencia de síntomas inusuales o molestias significativas, siempre se debe buscar la opinión de un especialista.